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"RESOLVIENDO NUESTROS DUELOS!!!!

POR QUE SOMOS MAS SI PERDONAMOS"

No hay dos duelos iguales

 

No existe un instante concreto a partir del cual podamos decir que el duelo debería estar resuelto. Tratar de fijar una fecha concreta, o fijar un límite al duelo, es como intentar concretar cuánto se tarda en construir una casa o en pintar un cuadro: a menudo depende del tiempo que hayamos invertido en el objetivo. En el duelo ocurre lo mismo, ya que existen tareas que deben afrontarse para elaborar correctamente el dolor y, si éstas no se resuelven, el duelo tampoco.

 

Desde un punto de vista profesional, nuestra opinión es que detrás de esa sensación de vergüenza que comparten los dolientes que, pasado un tiempo, no han logrado elaborar su duelo, está la máxima que dice que el tiempo lo cura todo. Esta máxima está muy arraigada en nuestra sociedad, al igual que sus implicaciones, como, por ejemplo, que pasado un tiempo desde la muerte el duelo debe estar ya recolocado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El tiempo no lo cura todo

 

Llegado este punto es necesario aclarar dos factores importantes. La primera es que la máxima de “El tiempo lo cura todo” es falsa, porque el duelo no se cura -pues no es una enfermedad-, sino que se elabora, se resuelve o se recoloca. Pero  no se cura: es un proceso normal que siempre sigue a la pérdida de un ser querido.

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